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  • Geóg. Eudes A Zambrano A., fundador-director de Visión Geocomunicacional

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    Enlace con el segundo encabezado comunicacional

    ¿QUIÉNES SOMOS?

    Eudes Zambrano

    Visión Geocomunicacional es una nueva forma de hacer geografía social desde las nuevas fronteras de la investigación geográfica. Los geógrafos sociales actualmente están interesados en el papel que desempeña no sólo el territorio en el análisis espacial y la evaluación geográfica como sustento de las manifestaciones e interacciones fenomenológicas de orden natural y antropocéntrico. Puesto que la irrupción de las tecnologías digitales de la información y la comunicación o TIC, y la relación entre técnica y territorio siempre ha sido estrecha, es relevante escudriñar en torno las múltiples implicaciones de la actual revolución tecnológica, originada desde mediados del siglo XX. Siendo la comunicación la base de las formas de organización territorial, basada en una nueva unidad de medida del ciberespacio: el BIT, la mediación digital se constituye en un factor central transversal para comprender el mundo de hoy y sus tendencias.

    Los análisis de Visión Geocomunicacional plantean novedosos métodos de resolución de problemas de orden interpretativos que tienen que ver con los sistemas. De hecho, podemos ahora establecer su problema clave. Es nada menos que la comprensión del enorme sistema de interacción global que comprende todo el ecúmene en virtud de la complejidad que alberga su uso intensivo y de cambio global.

    En este sentido, Visión Geocomunicacional pretende ser una herramienta de la percepción y comunicación que sirva al profesional en busca de apoyo útil transdisciplinarios e interactivo, y a las personas en general, quienes están pendientes de un mundo cambiante de manera acelerada, para hacer frente, de forma competente, a los problemas medioambientales actuales y futuros.

    Entendemos el ambiente, siguiendo a Elías Méndez (2006)(1), como un conjunto de elementos y recursos de carácter natural o creados por el hombre y la sociedad, que se conjugan e interrelacionan para dar forma al entorno físico-natural que sirve de soporte y fuente de recursos para el desarrollo de las actividades humanas, mediante el trabajo, la cultura, la organización y el poder.

    Más recientemente, algunos investigadores se han interesado por el modo en que las relaciones de poder afectan al uso del espacio por parte de la población, mientras que otros se han centrado sobre el modo en que la gente percibe el espacio y el impacto que ello tiene sobre las actividades que realizan en él, dando cuenta también no sólo de la Huella Ecológica sino también del poder que esto involucra.

    El desarrollo de estas nuevas corrientes de investigación, como el renaciente interés por los movimientos sociales y las luchas políticas que van más allá del estudio del nacionalismo estrecho -tales como el fenómeno de la globalización, con su explícita base territorial y desigualdades sin precedentes- y la adecuación de un modelo alternativo al capitalismo salvaje, ha contribuido de forma importante al desarrollo del resurgimiento de la geografía social.

    La geografía social actual está usando teorías culturales y literarias para analizar el lenguaje e imágenes empleadas para representar los diferentes grupos sociales y espacios, al igual que el análisis del discurso, a fin de comprender el modo en que los grupos dominantes ejercen su poder mediante la cultura y la dominación tecnológica (las TIC, p.e.). Las últimas dos décadas del siglo veinte estuvieron marcadas por un intenso debate alrededor del significado y lógicas inherentes al desarrollo y evolución del espacio geográfico en el marco de la globalización y la intensificación de los flujos comerciales y humanos entre continentes, países y regiones. La internacionalización de un modelo basado en la división del trabajo y la expansión del consumo ha puesto en el centro de la discusión nociones que se creyeron, hasta hace muy poco tiempo, sólo temas de la Economía política como pilares de la organización sociopolítica de nuestros Estado-Naciones.

    En efecto, el siglo XXI se abre como el siglo del "discurso científico". Esto, porque ningún objeto moderno existe en forma aleatoria. Las cosas aparecen ante nosotros exigiendo un discurso explicativo para su utilización. Por lo tanto, deben ser estudiadas, producidas técnicamente, y puestos a disposición por la lógica mercantil en este o aquel lugar, tanto para realizar un servicio como para hacer un trabajo, o para realizar esta o aquella producción utilizando una ecuación propia del capital, como la del valor-mercancía-trabajo. Esto son los objetos técnicos que debemos interpretar y explicar desde la fenomenología geográfica, y no con ello nos estamos refiriendo a que debemos darle una explicación meramente materialista o ajustada sólo a lógica marxista, puesto que Marx critica un capitalismo que difiere del capitalismo actual y describe una situación social que no es la situación de la clase trabajadora actual, sino al hecho de que estamos rodeados cada vez más de una avalancha de objetos materiales que exigen una explicación científico-técnica para su implementación y aprovechamiento, ya sea esta interpretación neoclásica, marxiana, liberal o de un nuevo constructo psico-cognitivo-conductual. Además, el hecho de la eclosión del llamado "socialismo real", que marcó el principio del fin de unos regímenes totalitarios, burocráticos e ineficientes, no implica que pueda sostenerse de forma demagógica que significó el ocaso del pensamiento marxista. En efecto, la Geografía crítica, a pesar de que no fue muy usada en el campo radical -llamada por ello "Geografía radical"-, en nuestros países, sigue estando abierta a estas interpretaciones, según puso de manifiesto J. Albarracín (citado en Segrelles, 1999)(2), el marxismo no es un sistema inmutable, dogmático e inerte, pues aprende de la práctica, se ve influenciado por ella y está abierto e incorpora muchos de los movimientos que aparecen en la actualidad, como por ejemplo el ecologismo,la emancipación de la mujer, la convivencia de los pueblos o la integración de las minorías étnicas".

    En la actualidad, a ya dos décadas del siglo veintiuno, aparecen con más insistencia preguntas sobre la relación entre el Estado y el mercado, el desarrollo y la democracia, la equidad y la competitividad, la participación ciudadana y la lógica del poder, la división del trabajo y el desarrollo de las ciudades, entre otras disyuntivas. En este sentido, es necesario siempre un discurso que acompañe los objetos domésticos o de uso cotidiano, que reseteen los productos que -supuestamente- van a mejorar la vida (como los agroquímicos, por ejemplo, que supuestamente mejoran el suelo, fertilizándolo para lograr una mayor producción agrícola; o los alimentos transgénicos, que permitirían beneficiar a las masas hambrientas), que acompañen a la utilización de las máquinas y/o la tecnología. Este discurso científico debe poner de relieve, precisamente, el rol del científico (antes no había necesidad de justificar el papel del mismo, ni la academia se mezclaba en dichas formas espúreas, ya que corría el riesgo de colocarse al servicio de intereses particulares en lugar de servir a la humanidad), puesto que ya éstos no trabajan solamente la ciencia. Por el contrario, como escribió alguien, "la ciencia no existiría, si los objetos mostrasen la verdad", ahora los científicos o investigadores trabajan para el corporativismo, y éste para el "bien de la humanidad". Sin embargo, para entender esta "patraña" relativa al beneficio humanista, ya que sabemos bien que no todo ese corporativismo es para el uso del "bien" común, la geografía debería tomar en sus manos lo que corresponde al estudio de áreas. El mundo como un todo hoy día, exige explicaciones a cada momento, interpretaciones que además tienen que ser holisticas y dinámicas. Parece que la Geografía actual está llamada a comprender lo que es el presente y sus complejas relaciones. De una u otra forma lo que se le presenta al hombre -o al investigador social-, ya no es la verdad, verdad que puede aparecer oculta o distorsionada, y que él debe buscar.

    Pareciera, entonces, que el espacio en términos genéricos no puede ser considerado como un objeto más de la realidad sino una de sus dimensiones, ya que no existe por sí solo y, al igual que el tiempo, es dimensión de hechos y procesos que ocurren en el mundo material, sean naturales o sociales. El espacio no puede producirse, como tampoco se puede producir el tiempo; simplemente existe como condición sine qua non de existencia de lo material igual que el tiempo. El espacio es por tanto una parte inherente a todos los objetos y procesos que ocurren en la realidad. No es un receptáculo o superficie vacía sobre el que ellos se depositan.

    Para Visión Geocomunicacional esta nueva concepción del espacio geográfico o entorno ambiental como un recurso sentido y percibido, es decir, desde la noción de "sentido de lugar" o "espacio percibido por los habitantes de un lugar en particular", tiene sentido y pertinencia epistemológica y refleja que, aunque de cierta forma nos estamos dando cuenta del espacio en que vivimos o nos encontramos, no siempre tenemos claridad sobre esta experiencia y en la noción de espacialidad que le corresponde al estar sumergidos en lo virtual y la subjetividad que nos embriaga.

    ”La aventura de navegar por océanos de desconocimiento para encontrar archipiélagos de conocimiento” (Edgar Morín), se hizo una realidad al alcance de todos con el Internet social, aunque su impacto, según lo evidencian los datos disponibles desde una perspectiva global, refleja que, o bien no existe ninguna relación entre el uso de internet y la intensidad de la vida social, o bien ésta es positiva y de efecto acumulativo. Se trata, por tanto, de una característica no sólo del pensamiento complejo, que surge en condiciones bioantropológicas, socioculturales, psicosociales y abierta a todas las teoría, pensadores, corrientes y escuelas que estudian la relación hombre-conocimiento-sociedad-mundo (Castells, 2013)(3), sino que se constituye en una unidad sujeto-objeto mediante la relación hombre-naturaleza, naturaleza-biosfera, biosfera-noósfera-atmósfera, geosfera-universo sideral.

    Visión Geocomunicacionales se propone, entonces, el análisis comunicacional desde la cibergeografía, entendida como “la disciplina que estudia la naturaleza espacial de las redes de comunicación computacionales, y considera al ciberespacio como un nuevo espacio social, del que se derivan líneas de estudio específicas: la infraestructura física de la tecnología de la información y la comunicación, el espacio funcional que genera los flujos de información global, aspectos socio-demográficos de las nuevas comunidades virtuales y la percepción de los espacios virtuales.” (Buzai, 2012)(4)

    Para los participantes se prevén espacios de interacción que vayan más allá de la simple opinión. Por ello, invitamos a colaborar con los retos geocomunicacionales asumidos por nuestra Web (en la ventana de Artículos) desde la óptica planteada; es decir, de análisis comunicacionales de orden sistémicos que involucra lo geográfico; esto es, desde lo local a lo global y viceversa. Gracias por compartir.

    VISIÓN GEOCOMUNICACIONAL está bajo la dirección de Eudes Antonio Zambrano Angulo , Geógrafo (Mérida-Venezuela,ULA-1990) de amplia experiencia en estudios de esta naturaleza (EIA), Coordinador de la Cooperativa Geográfica y Ambiental Estrabón 72 R.L., escritor (miembro de la Red Mundial de Escritores en Español REMES) y Administrador del Blog Geográfico y Ambiental Estrabón.



    (1) MENDEZ, E. (2006). Geografía Actual. Espacio geográfico, territorio y campos de acción. ULA-IGCRN. Mérida: Sistemas Gráficos C. A.

    (2) Segrelles, (1999) ¿Tiene sentido actualmente una geografía marxista en la universidad española? Revista Geográfica , Vol 40(1). p.127-128. IGCRN-ULA. Mérida: Taller de Publicaciones de la Fc. de Cs. Forestales y Ambientales,

    (3) CASTELLS, M. (2013). El impacto de internet en la sociedad: una perspectiva global. Véase online en: https://www.bbvaopenmind.com/articulos/el-impacto-de-internet-en-la-sociedad-una-perspectiva-global/

    (4) BUZAI, G. (2012). El ciberespacio desde la Geografía. Nuevos espacios de vigilancia y control global. Meridiano - Revista de Geografía, nº 1, p. 265-278



    ¿QUÉ HACEMOS? EL PROCESO COMUNICACIONAL

    Los cambios ocurridos en el proceso de la comunicación y la información, particularmente en las sociedades contemporáneas, como producto de las grandes transformacionales sociales, científicas y tecnológicas ocurridas desde mediados del Siglo XX, no surge solamente de la entrada de las tecnológicas de la información y las comunicaciones (TIC) con la globalización, ni del progreso de las industrias de los medios que hicieron más eficiente dicho proceso, sino en primera instancia, tal como lo señala D. Wolton (2005; citado en Pineda, 2018: 88):

  • Ciencias de la Comunicación en Tiempos de inseguridades: Diversas teorías y enfoques
    ...del vínculo entre la explosión de la comunicación y los valores fundamentales de la cultura occidental, en su difusión de individuo y de un cierto modelo de relaciones sociales", ante lo cual -según el autor citado-, "lo importante es considerar que se debe tender a socializar las técnicas y no a tecnificar a la sociedad".

    La irrupción de las tecnologías de las TIC han provocado que la información se haya convertido en entretenimiento, relegada a la interpretación de los periodistas, donde la participación de la gente común en los procesos de comunicación se produjo de manera escasa y limitada, ya que una buena parte del mundo no está conectada a los sofisticados sistemas de interacción comunicativa como el Internet, Iphone, Tablas, Laptus o PC del proceso comunicativo hasta ahora vetado y monopolizado por los mass media.

    En efecto, “el mundo se ha convertido en una aldea”, es lo que se dice como consecuencia del vertiginoso dominio de las TIC en el contexto global. Sin embargo, esa aldea no está realmente interconectada globalmente. En esa "aldea global" de la que se habla desde las TIC, viven dos grupos de personas; uno, muy reducido, formado por los que tienen el acceso a las TIC, sumamente sofisticadas y costosas; y otro, mucho más numeroso, integrado por aquellas personas a quienes les está impedida esa libertad de acceso virtual o interactiva producto del alto costo tecnológico. De hecho, el 90% de las personas que no tienen acceso a internet viven en países en vías de desarrollo, la mayor parte localizada en el continente africano, donde su aislamiento por la brecha de desconexión a Internet es abismal, sobre todo al interior del continente.

    En la actualidad, la comunicación se ha constituido en un eje transversal en todos los órdenes de la vida humana y cuando se podría ver altamente potenciada por la presencia de aparatos tecnológicos sofisticados que rompen con los paradigmas tradicionales, generándose un apuntalamiento a la difusión informativa a través de las redes sociales, los estudios sobre dichas redes de comunicación de masas o mass media apuntan a que los llamados "filtros burbujas", o burbujas informativas (son filtros personalizados cuyo resultado personalizado es producto de un algoritmo de las empresas para obtener información detallada de nuestras preferencias personales -activado por los motores de búsqueda como los de Google, Facebook, entre otros-, al predecir las preferencias del usuario a través de búsquedas anteriores que la misma gente hace a través de sus preferencias de lo que podemos encontrar en internet, y que finalmente configura una forma de consumir información bastante sesgada, y hasta falsa o manipulada) que contribuyen a encerrarnos en la burbuja filtro que nosotros mismos hemos creado con una preferencia significativa por los medios de comunicación afines, ya que utilizamos las herramientas sociales de internet para buscar aquellos con similares puntos de vista.

    Según la economista Zuboff (citada en Zambrano, 2022):

  • EL NUEVO ORDEN IMPERIAL GLOBAL Y SU MORFOLOGIA SOCIAL - Parte II: La red global y la vigilancia comunicacional.
    "Las exigencias de mercado del capitalismo de la vigilancia, montada en una estructura de mercantilización de datos personales en la que lo más valioso son los comportamientos humanos, vigilados constantemente para extraer información, están siendo comercializadas sin nuestro conocimiento, ya que los contratos que estamos obligados a aceptar, contentivos de un largo texto con innumerables párrafos (muchos de los cuales están en letras pequeñas) cuando nos registramos en sus plataformas para hacer uso de sus servicios, nos enajena del derecho fundamental de conservar nuestros propios datos. Así como en la época colonial los imperios conquistaban pueblos enteros, apropiándose del territorio y de los recursos naturales, el colonialismo de datos se apropia de información extraída de comportamientos humanos".

    Sin embargo no son, contrariamente a lo que se creía, tan decisivos o determinantes en la difusión mediática. En realidad estudios recientes aportan evidencias de que los usuarios están menos atrapados por las burbujas de lo que se supone que están, ya que las redes te crean una realidad a medida para no incomodarte. Aun así, las consecuencias de la publicación de informaciones erróneas o netamente falsas es que en Internet esos contenidos difícilmente desaparecen. Por lo mismo, el peligro se encuentra en que exista información falsa y que aunque haya sido desmentida, siga circulando y siendo leída.

    A pesar de todo este encerramiento en la «burbuja filtro» no es determinante, ya que se pueden romper las barreras de estos filtros eliminando, por ejemplo, todo el historial de búsqueda que tenemos en nuestro navegadores, o volviendo a resetear o los algoritmos de búsqueda que nosotros habíamos hecho, no obstante, de manera general, la gente no se ocupa de ello, y sólo un grupo de profesionales de la informática están al tanto de sus efectos perjudiciales, por lo que al asumir la problemática social desde una teoría general acerca de la transmisión cultural y de los medios de comunicación (la mediología, por ejemplo, tal como la asumió desde sus orígenes Régis Debray, quien llevó este método de análisis a la ciencia con libros como Introducción a la mediología(1), y el muy famoso Vida y muerte de las imágenes, al igual que Edmund Carpenter y Marshall McLuhan, en El aula sin muros(2), quienes, en particular McLuhan, dejan en claro que la mejor manera de proceder en el abordaje investigativo o informativo de la comunicación de los medios es el de la "ignorancia organizada"), al aplicar estrategias -como las de la Geografía social- que faciliten la posibilidad de confrontar los saberes habituales y cotidianos con la realidad del entorno inmediato.

    Según esta perspectiva, cada nueva tecnología o medio de comunicación modifica nuestra vida sensorial, alterando todos nuestros sentidos (Islas, 2011), por eso McLuhan va del estudio de los mensajes y sus efectos al estudio de los medios como configuraciones del propio ambiente humano, convertido no en un simple envoltorio, sino en un proceso activo, reinventado por las tecnologías y los nuevos medios (Palacios, 2011). (Citados en Pineda, 2018)

    La comunicación solo puede darse en el mundo de la vida cotidiana, donde la comunicación interpersonal es fundamental. De esta manera, se impone volver la mirada hacia el escenario donde los hechos se hacen realidad: en la vida diaria y cotidiana, en los espacios comunicacionales, y en el ámbito más inmediato, lo local; dado que es allí donde se evidencian los problemas más sentidos, la historia, lo geográfico, lo económico, el hecho urbano o rural, ya que es ahí donde se desenvuelve la vida en su drama espontaneo y habitual: la comunicación entendida como interacción, asociación o contacto no solo entre hombres sino entre todos los elementos o sistemas que aparecen en el cosmos, donde la comunicación es la trama que lo relaciona todo. Régis Debray publica en 1997, "Transmitir más, comunicar menos", donde analiza las diferencias sobre "transmisión" y "comunicación", por la cual, entre los conceptos que aporta, deja ver lo que podría ser una metáfora de sus vivencias: "La transmisión procede geográficamente, procura ocupar el espacio, toma la forma de trayectos e influjos pero es para mejor hacer historia (el duro deseo de durar sin reparar en caminos)... y sólo se aventura en la lejanía para aumentar sus posibilidades de no morir"(3). Por lo cual, este es el camino de las TIC, intentando ahora que la comunicación se convierta en solo un escenario virtual con el cambio de la realidad comunicacional enlazada al «Metaverso», al saturar el espacio y desertar en el tiempo los vínculos de las relaciones humanas, dejándonos huérfanos de todo lo que ha sido significativo para la vida de las personas: su humanidad.

    En este sentido, y como consecuencia de la creación de la “zona de confort” ideológica del individuo en un mundo donde las TIC están dominando hasta los espacios del "sueño", se hace necesario el análisis geográfico del ciberespacio, por cuanto establece las verdaderas redes de dominación mundial (Castells lo tiene claro en su libro "Comunicación y Poder", 2009; al referir que: "la conexión y la programación de las redes globales son las formas de ejercitar el poder en nuestra sociedad red global" -p.84-; "no sólo en cuanto a la información relevante desde el punto de vista financiero, sino también en cuanto a la influencia que las redes de comunicación e información ejercen sobre la percepción y la toma de decisiones de las empresas, los inversores y los consumidores" -p.546)(4) en un espacio que ya se hace finito: el de las redes de comunicación computacionales manejadas por las corporaciones mediáticas y cuyo fin no es otro que "...de vigilancia y control global”; el de sustituir nuestros sueños auténticos por sueños virtuales, ahora en expansión a través del "Metaverso".

    La idea es cambiar esa tendencia por una más cónsona con la realidad auténtica, aunque lo que vine después puede ser otra cosa, en vista de que escritores e intelectuales progresistas que ocuparon posiciones en los espacios internacionales de lucha auténtica o comprometida con la vida, ahora se han ido hacia las cómodas aulas burguesa o corporativas, y mantienen una orientación política conservadora y contraria a la lucha social. Sin embargo no seremos presas de estas alienantes y enajenantes posiciones, pero tampoco nos quedaremos esperando sino accionando, ya que el Internet no es un espacio neutro, en el cual sólo se depositan las comunicaciones, o bien la de un sistema que implica entidades cerradas sin juego territorial en el espacio virtual, además de neutrales.

    Por lo tanto, tenemos que preguntarnos: ¿Cómo accionar? No precisamente desde los espacios meramente críticos, pues los mismos han derivado en una crítica mediocre, encubierta en la nueva moda del llamado "Pensamiento crítico". Al respecto, el pedagogo Gregorio Luri, en su libro "La escuela no es un parque de atracciones" (citado en Alonso-Sainz, 2021)(5), comenta que "a pesar de la importancia que en la «nueva educación» se otorga al pensamiento crítico, desde que éste comenzó a ponerse de moda por allá al inicio de la década de los '80, a estas alturas los profesores siguen lamentado la falta de desarrollo de pensamiento crítico en sus alumnos, careciendo incluso de una definición precisa que nos permita entender qué carajo es el 'pensamiento crítico', ahora usado como arma por los antiintelectuales para bombardear en la red a todo lo publicado que no se corresponda con sus prejuicios críticos.

    Para Luri, bajo el disfraz del «pensamiento crítico» que llega muchas veces a las aulas en una u otra forma de antiintelectualismo, quienes lo profesan en todo solo como un acto de competencias se olvidan de que "el saber riguroso no puede ser sino crítico, mientras que, la crítica sin rigor −sin conocimientos suficientes sobre el tema que se aborda− tiene mucho de pataleta", porque es más fácil criticar que pensar críticamente, y como necesitamos -para ser buenos críticos- fijar el camino del saber en el que queremos ser críticos y, una vez fijado, cuanto más conocimiento tengamos sobre él, más críticos seremos −pues lo que en verdad somos es sólo criticones−, ya que se requiere pensar arduamente en la materia que estamos criticando, y pensar no es tarea fácil: "Aprender a ser autocríticos es lo difícil y lo realmente útil”. Para ello, podemos comenzar rechazando el uso de falacias como las de «Aprender a aprender» sin el conocimiento de las disciplinas, sin un saber profundo y fundamentado en la verdad. No se puede buscar conocimiento sin previo conocimiento y «se necesita conocimiento de calidad, para producir conocimiento de calidad». En este sentido, Luri nos recuerda que, “para poder construir conocimiento, se necesita información y alguien —no algo— que la transmita. El acceso ingente a datos instantáneos nos lleva a pensar que la tarea sapiencial de aprender ha perdido su esencia y valor, pero en realidad, hoy es más necesaria que nunca.” (Alonso-Sainz, 2021).




    (1) DEBRAY, R. (2001).

  • Introducción a la mediología.

    (2) CARPENTER, E. y McLUHAN, M. (1974). EL AULA SIN MUROS. Investigaciones sobre técnicas de comunicación. Barcelona: LAIA, pp.187

    (3) DEBRAY, R. (1997).

  • Transmitir más, comunicar menos. Traducción de Eva Saint-Arroman y Santiago Espinoza.

    (4) CASTELLS, M. (2009).

  • Comunicción y Poder. Traducción de María Hernández. Alianza Editorial.

    (5) ALONSO-SAINZ, . (2021).

  • La escuela no es un parque de atracciones. Una defensa del conocimiento poderoso. Recensiones. niv. de Salamanca. pp. 275-278.